Los científicos nos dicen que los olores tienen un gran poder para estimular nuestros recuerdos. Aunque otros datos sensoriales pueden desvanecerse, hay olores que suelen activar un recuerdo o una asociación en la mayoría de la gente. Las personas a menudo se vuelven sinónimo de ciertos aromas, por lo general una colonia o perfume favorito que usan con frecuencia. Las empresas de cosméticos gastan millones de dólares para crear combinaciones aromáticas que atraigan a las personas a usar productos. Tal vez la mayor y más dulce fragancia que se conoce, sin embargo, pertenece a Jesús. Su aroma no es literal sino más bien figurado. Antes de su muerte y resurrección, los sacerdotes realizaban sacrificios delante de Dios y quemaban incienso o alguna sustancia de aroma dulce para cubrir el olor del animal sacrificado. Cuando Cristo, como Cordero de Dios, se entregó a sí mismo como el sacrificio final por nuestros pecados, el aroma de su humildad, amor y sufrimiento debe de haber sido más intenso que cualquier perfume francés y más acre que el olor más fuerte. Estamos llamados a dar ese mismo aroma por todo lo que decimos y hacemos en el nombre del Señor. -Dr. Aaron Tabor
Por tanto, imiten a Dios, como hijos muy amados y lleven una vida de amor, así como Cristo nos amó y se entregó por vosotros como ofrenda y sacrificio fragante para Dios.
Efesios 5:1-2
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